Los Fundamentos del Control
El proceso administrativo llega a su "fin" (aunque
bien el proceso en continuo) en la fase de control, que consiste en asegurar
que aquellas metas organizacionales que se establecieron durante la fase de planeación
y organización se cumplan de la mejor manera. Si bien es cierto, el control
puede pensarse como una evaluación comparativa entre la realidad y la
expectativa, donde se pone de lado a lado lo que se esperaba con lo que
realmente ocurre en la práctica.
En mi primera entrada de blog ya hace unos meses, me incline a la analogía
del ajedrez para referirme al proceso administrativo, y el profesor Juan Carlos
Leiva me inclino hacia la analogía de la orquesta. Aunque mi experiencia del
tema se limita a tecladista/pianista de banda, la relación es la misma. De
manera democrática o autoritaria se elige la pieza que se va a tocar, el
arreglo que se va a efectuar y el “rol” de cada músico en el arreglo. El líder asegura
que la orquesta o banda vaya en buen camino, y que la realidad sea exactamente
como la expectativa de cómo tiene que sonar la pieza.
Filarmónica de Los Angeles |
Pero llegar al producto final ideal no es fácil en una banda u
orquesta, por lo cual el control se vuelve fundamental. El líder músico tiene
que proporcionar la atención individual a cada “área” para asegurarse de que el
rendimiento sea el esperado, y tiene que dar a entender que la consistencia lo
es todo. El músico que toca una pieza de la mejor manera tiene que asegurarse
de que va a sonar de igual manera en 5 años si es lo que se espera de él/ella.
El líder de dicho músico tiene que asegurarse que se mantenga la consistencia. Esto,
en relación con el control organizacional, es sin lugar a duda una comparación fiel.
El líder administrativo tiene que estar al tanto del comportamiento de la organización
y asegurarse de que el rendimiento ideal se mantenga por todos los años de operación.
Los Tipos de Control
En la teoría, el proceso de control puede abarcar de
diferentes maneras, a meticulosa escogencia de la administración.
Control
de prealimentación: Aunque el desempeño de un área organizacional
podría ser bueno sin una guía preliminar, los administradores no se toman esos riesgos.
Este tipo de control trata de minimizar cualquier tipo de problema antes de que
ocurra en la práctica real, con el fin de que ningún área cometa errores costos
o que dañen la imagen por bajas en la calidad.
El Almacén Fiscal Agrícola de Cartago, S.A (ALFIASA) nos
proporcionó una guía de los procesos de control que se llevan a cabo en el área
operacional y financiero, lo cual ejemplifica cada tipo de control. En cuanto
el control de prealimentación en el área operativa, ALFIASA se asegura de que
los problemas de mercadería no emerjan más adelante por un mal conteo o por
problemas de revisión de las partidas según la documentación de ingreso. Es por
esto que antes de que se suba cualquier información de inventario al sistema de
control aduanero, se previene cualquier problema al ver que la mercadería esté
en orden.
Control
Concurrente: Los directores de orquesta tienen que
estar presentes a todo momento durante cualquier práctica, porque no hay mejor
manera de detectar problemas en los músicos que cuando están tocando en
conjunto. Esto es el control concurrente, que detecta y previene problemas
mientras se está dando acabo la acción.
En el área financiera de ALFIASA se realizan arqueos
mensuales para verificar que los fondos estén completos y que tengan un buen
manejo. De esta manera se minimizan problemas al final del periodo fiscal en el
cual hay menos fondos de los pronosticados y sin buena manera de determinar
donde se dio el error. Se diferencia del control
de retroalimentación ya que una vez efectuada la parte contable, la revisión
de control viene por parte de la auditoría fiscal.
Control
de retroalimentación: Después de un concierto (los famosos chivos en Costa Rica), las emociones son
casi tan intensas como lo eran en el escenario. Específicamente en el ámbito de
bandas, los músicos pueden bajarse del escenario felices por su desempeño, o
enojados consigo mismos porque no salió exactamente como se esperaba. En mi
experiencia los intercambios entre los músicos suelen ser casi siempre los
mismos después del “chivo”: cortos elogios y admiraciones de lo que ocurrido.
Pero el verdadero análisis de lo que pasó llega en la siguiente práctica, donde
una vez ocurrida la tocada el líder tiene que recordar y corregir aquello que
no salió como debía. Esto es el control de retroalimentación, que trata de
controlar problemas una vez finalizada la acción, cuando ya se ha visto el
funcionamiento.
ALFIASA tiene una auditoria externa que realiza revisiones
en el área operativa, asegurándose del cumplimiento de las normativas emitidas
por parte de la Dirección General de Aduanas. Recalco que la mayoría de las actividades
de control de retroalimentación que realiza ALFIASA en todas sus áreas las
realiza una entidad externa, lo cual es muy provechoso porque pone ojos frescos
a ver la situación interna de la empresa y los pone a comparar con las
expectativas legales de la organización.
La importancia del Control
El
control es la dicotomía entre realidad y expectativa que genera un poderoso
punto de referencia entre lo que ocurre y lo que sería ideal para la organización.
Sin el control no hay manera de que el desempeño constante que lleva a la compleción
de metas se mantenga. Es por esto que la evaluación del rendimiento individual
de cada área de la organización se haga a todo momento, porque es increíblemente
sencillo que un equipo de trabajo se desvié de la visión que tiene el
administrador sobre cómo debería funcionar la empresa.
En las
orquestas y en las bandas, los músicos que llegan ahí están ahí por ser
competentes. Pero el saber tocar no significa mucho a la hora de liderar un
grupo, por lo cual se necesita un líder que tenga el oído para ensamblar. Todos
saben que deberían estar tocando, pero no todos saben cómo debería estar
sonando. Aquellos líderes que tienen el nivel de atención y detalle como para
escuchar 100 músicos y reconocer el error de solo uno son exactamente los que
son capaces de imponer el control para que los cien músicos no se equivoquen. Nadie
se pone a pensar porque una filarmónica es capaz de tocar una canción que aprendió
hace 10 años igual de bien que como lo hizo la primera vez (cuando la memoria y
la practica estaba fresca), porque creen que es algo natural de la misma disciplina
del músico. Pero lo que hay en efecto es un sistema de control que solo un líder
de orquesta puede manejar, ya que requiere que todo músico trate una pieza con
el mismo nivel de atención y desempeño sin variación alguna.